Algunas veces los análisis de sangre pueden revelar cambios que hablan de monocitos altos y por supuesto esta elevación en la concentración sanguínea puede llegar a preocupar bastante pues corresponde a un tema generalmente poco conocido que por lo mismo puede despertar un poco de desasosiego. Debemos aclarar que cuando se menciona a los monocitos se está haciendo referencia a un tipo de célula que hace parte de los glóbulos blancos y que se encuentra bastante relacionada con el sistema inmune, es por ello que para dimensionar su relevancia debemos remitirnos al hecho de que participan activamente en la correspondiente protección del organismo contra los agentes externos.
Son estas células las que trabajan para que podamos mantenernos con buena salud, por lo tanto de acuerdo a la sintomatología que pueda llegar a acompañar estos valores en sangre, el profesional médico establecerá los pasos a seguir para garantizar el bienestar del paciente.
El significado de los monocitos altos
Puesto que esencialmente estos organismos celulares se ocupan de eliminar gérmenes y diferentes sustancias que puedan desencadenar infecciones y una buena serie de problemas médicos, los desequilibrios en su conteo merecen una interpretación idónea pues se entienden como una señal de que algo no anda bien.
Tener los monocitos altos es una condición a la que se le reconoce como monocitosis y se trata de una alteración casi siempre pasajera que sirve para detectar que el cuerpo se encuentra en plena batalla contra amenazas infecciosas. En las situaciones en las que se prolonga bastante puede deberse a cuadros clínicos algo más complejos tales como ciertos tipos de cáncer, patologías crónicas y enfermedades inflamatorias. Se debe ser muy prudente con este clase de resultados en los hemogramas ya que se ha descubierto que a veces la elevación de los valores de monocitos tiene que ver con el consumo de algunos medicamentos descartándose con ello la posibilidad de estar padeciendo alguna dolencia.
Analizar los resultados de monocitos
Aunque está más que claro que esta labor le corresponde exclusivamente al médico, los pacientes pueden guiarse un poco con los rangos de referencia que acostumbra a estipular el laboratorio. Así las cosas, en los adultos por ejemplo puede decirse que están altos cuando se manejan más de 1500 monocitos/µl de sangre o una proporción mayor al 10% con respecto al total de los glóbulos blancos. En el caso de los niños más de 3000 monocitos/µl de sangre es un indicador de cuidado.