Entre las religiones milenarias que prevalecen en la actualidad, el hinduismo llama la atención enormemente debido a que no cuenta con un sistema unificado de creencias, algo que abre las puertas para la consolidación de un listado que abarca más 300 millones de dioses y diosas, lo cual permite que ingrese en la categoría de religiones politeístas, es decir de aquellas doctrinas en las que se reconocen múltiples divinidades las cuales son organizarlas a través de jerarquías.
Reconocido también como un estilo de vida que toma como base la espiritualidad para que el individuo pueda apropiarse de la paz y el autocontrol, el hinduismo se origina en la India y se alimenta de una serie de prácticas que incluyen la meditación, la oración, peregrinaciones, distintas ceremonias y festivales.
Creencias del Hinduismo
Se reconoce una trinidad hindú que establece a Brahma como la entidad de mayor relevancia, pero que a su vez se encarga de presentarlo en tres formas distintas: Brahma: Creador; Vishnú: Preservador; y Shivá: Destructor. Los hinduistas creen fervientemente en la reencarnación, es decir que al morir se vuelve a renacer y que esta cadena de hechos trae consigo algo denominado Karma (causa y efecto), que equivale a las consecuencias de los actos cometidos.
Insistiendo en que Dios puede adoptar todas las formas posibles, a las personas también se les asigna concepciones de divinidad. El respeto por la vida es una constante, de manera que se evita a toda costa causar daño tanto a personas, animales y plantas; entre los caminos para vivir su religión, se distinguen la acción o karma, la devoción o bhakti, la sabiduría o jñana y el yoga, en este ultimo la liberación tiene lugar a través de la respiración y los ejercicios físicos.
Una doctrina de armonía y de no violencia
El ejemplo del maestro Mahatma Gandhi es muestra fehaciente de la gran tolerancia y tendencia pacifista de esta religión, en este sentido, una de sus frases: «la humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de la no violencia» da cuenta de la clase de doctrina que practica este grupo humano.
Asumido como uno de los tantos caminos para llegar a Dios, mantener la armonía donde quiera que se encuentren, es un objetivo que se inculca desde la niñez y que sin lugar a dudas aporta bastante a la calidad humana de estos creyentes, que se dedican sin reserva alguna a cumplir con todas y cada una de las disposiciones.