¿Por qué existen dioses en cada cultura?
Es una pregunta frecuente entre las mentes inquietas e interesadas en el conocimiento de la espiritualidad y las motivaciones que hay tras la misma.
La antropología y otras ciencias nos dan la respuesta.
El hombre, como especie, es una criatura de hábitos y de costumbres.
Muchos de estos hábitos y costumbres, que en la actualidad se manifiestan a través de actividades y rasgos de comportamiento innato, son el producto de siglos de evolución.
Sí, la evolución ha jugado un papel importante en la configuración de la mayoría de nuestros rasgos de comportamiento.
Rasgos de comportamiento que son comunes, sin excepción, a todos los individuos pertenecientes a distintas civilizaciones y culturas.
Entre estos rasgos tenemos: el gregarismo, la comunicación y la necesidad de creer en algo más grande que la vida misma.
Cuestión de biología
Los científicos y estudiosos de distintas especialidades por años han tratado de encontrar una explicación al fenómeno de la religión.
Estudiosos de los mitos de los distintos pueblos, civilizaciones y culturas de distintos periodos históricos, como Joseph Campbell han afirmado que el fenómeno de la religión y la espiritualidad es común a toda la especie humana sin importar el lugar y la época porque la necesidad de creer es biológica.
Cuestión de supervivencia
Durante el paleolítico aquellos individuos que creían en la trascendencia, en la existencia de un alma inmortal que sobrevivía a la extinción de la carne tenían probabilidades más altas de sobrevivir. Y a fin de cuentas fueron los individuos que sobrevivieron.
Esto aunado al hecho de que nuestros antepasados le atribuían a cada fenómeno de la naturaleza, por pequeño o grande que fuese, una explicación relacionada con algún ser o criatura que lo hacía posible dio origen a los dioses.
Los dioses como una cuestión cultural
Es que si revisamos con atención las religiones y creencias más antiguas nos encontraremos con que las deidades y los dioses tienen una fuerte conexión con la naturaleza y sus fenómenos.
Basta con que revisemos las creencias de las culturas africanas, como la Yoruba en la actual Nigeria, donde los dioses son directamente deidades de la naturaleza.
Otro ejemplo de ese proceso de divinizar a las manifestaciones de la naturaleza lo encontramos en el antiguo Egipto. Y es que los dioses de la mitología egipcia son una representación directa de los fenómenos naturales más significativos, como el sol, el cielo y la muerte.