¿Por qué es importante rezarle al Espíritu Santo?

Si eres un cristiano bien instruido, probablemente te sorprenda enterarte de que muy pocas personas están conscientes de la importancia que conlleva la realización frecuente de oraciones al espíritu santo.

Si bien se trata de algo que no parece demasiado importante ni significativo, es un error hacia nosotros mismos una vez que descubrimos que rezar al Espíritu Santo conlleva múltiples beneficios, así como también un impacto favorecedor en múltiples aspectos de la vida de cualquier cristiano de corazón.

Es ahí donde cabe preguntarse, ¿a qué se debe esto? Pues bien, sucede que el rezo es una de las mejores formas en que podemos comunicarnos directamente con Dios. Y es que no hay que olvidar que le Espíritu Santo conforma junto al padre y al hijo lo que conocemos como la Santísima Trinidad.

De manera que al realizar estas oraciones estamos comunicándonos directamente con Dios, permitiéndole entrar en nuestra vida, llenándola de paz, armonía y amor. Además de este poderoso sentimiento de alivio, seremos recompensados con una rectitud que sólo el mantener una vida de acuerdo a las enseñanzas de Jesús puede garantizarnos, fortaleciéndonos ante el pecado tal y como anuncia La Biblia.

Importancia de rezar al Espíritu Santo

Más allá de que, como ya mencionamos, en un canal de comunicación directo con Dios, rezar al Espíritu Santo es también uno de los medios más eficaces para conseguir este objetivo.

No sólo nos permite abrirle a Dios las puertas de nuestra vida, sino que además es una forma de agradecer cada nuevo día con vida. Esto de una forma sencilla que no requiere mucho esfuerzo de nuestra parte, ya que sólo hace falta que nos valgamos de alguna de tantas oraciones existentes para este propósito.

Al final, el efecto de esta actividad siempre será el mismo: la felicidad y el amor de Dios presente en nuestra vida, con todo lo que ello conlleva, partiendo tan sólo de darle una prioridad en nuestra comunicación diaria.

Oración

Por medio de la siguiente oración podremos comenzar nuestro camino de oración diaria al Espíritu Santo:

Ven a mí Espíritu Santo

Desde el firmamento siembra tu luz

Padre de los pobres y ricos, justos e injustos,

Con tus siete dones enaltece mi alma

Riega la sequía de consuelos de nuestros corazones

Borra cada una de nuestras carencias

Y quiebra nuestras dificultades. Amén.

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