Habitualmente consumimos casi el doble de sal de la recomendada, y con ello tienen que ver muchas enfermedades. Sabiendo cuánta sal contienen los alimentos y haciendo un pequeño esfuerzo, conseguiremos que nuestra dieta sea más sana.
La sal de mesa (cloruro sódico) está compuesta aproximadamente por un 40% de sodio y un 60% de cloro, además en la actualidad es completada con minerales como el yodo y el flúor. En las etiquetas nutricionales de los alimentos envasados viene expresada como “sodio”. Para saber la sal que contienen dichos productos, solo hay que multiplicar la cantidad de sodio por 2,5.
En la industria alimentaria, cada vez más marcas están apostando por elaborar sus productos con menos sal para que sean más saludables.
La relación entre la sal y la hipertensión
En un circuito del hipotálamo, el cual es una estructura del cerebro que sirve de puente entre el sistema nervioso y el endocrino y entre sus funciones principales esta regular la presión arterial y el metabolismo, el apetito, la reproducción y la respuesta al estrés; hace que se libere una cantidad excesiva de una hormona antidiurética, llamada la vasopresina.
Funcionando normalmente, cuando la presión arterial se eleva, unas terminaciones nerviosas situadas en la arteria aorta, denominados barorreceptores, envían señales a las neuronas que producen vasopresina para que dejen de liberarla, una ingesta alta de sal prolongada en el tiempo deteriora este mecanismo de seguridad que tiene nuestro cuerpo, que frena la subida de la presión arterial.
La sal es mucho más que un condimento que potencia el sabor de los alimentos. Si bien, es un mineral indispensable para la vida, ya que el cuerpo la necesita para funcionar correctamente. Su consumo en exceso es perjudicial para la salud.