Para hablar de este tema es necesario comprender el profundo vínculo entre el ser humano y la naturaleza el cual es de suma importancia, y esto tiene una razón: el clima influye de manera directa en gran parte de las actividades humanas. La calidad del suelo, la cantidad de lluvias, el frío o calor de una región obran sobre las actividades económicas que realizan cada una de las sociedades que la conforman.
En el continente existe una gran diversidad climática
América Central y del Sur hasta los trópicos, son más cálidos, son regiones de alta explotación de la tierra para la agricultura, es especial para productos como la banana, el café, la caña de azúcar, entre otros productos característicos de estas zonas que se les llama tropicales. En las regiones con clima frío se desarrollan otro tipo de actividades económicas, como la explotación forestal. Mientras que en las zonas de climas templados, la cual se extienden entre los trópicos y los círculos polares, cuentan con alto desarrollo de la ganadería, sobre todo en los espacios geográficos que, además de situarse en la zona templada, reúnen otras características como llanuras con buenas pasturas.
Sin embargo, no solo se trata de las actividades económicas relacionadas a la producción de alimentos o la extracción de materias primas, el turismo también está relacionado con el clima. En las zonas cálidas de América se suma la presencia de grandes extensiones de playas aptas para el turismo, también se encuentran las enormes cordilleras con nieves permanentes para aquellos que practican deportes invernales.
Selvas tropicales, desiertos, amplias llanuras o altas montañas, cada una de estos climas favorecen diferentes actividades humanas en todo el continente americano.