Las actividades que se realizan en el campo son muy complejas, debido a que hay que tener muchos conocimientos de las ciencias agrícolas. Encabezando por preparar actividades como la preparación de los distintos terrenos para las múltiples siembras que se realizan en ella.
Es por ello que, en los últimos años, con la idea de mejoras los procesos y lograr una mayor rapidez, las industrias han implementado el uso de productos químicos para el abono y nutrición de los suelos. Pero, esto suele dañar mucho la salud de las plantas. Por lo tanto, han surgido iniciativas por partes de las principales grupos de investigación con la finalidad de poder buscar una solución a este problema. Ahora bien…
¿Cuál es la solución?
Una de las propiedades de los suelos son las riquezas que yacen en el interior de ellas, desde los grandes minerales hasta los pequeños microorganismos que le dan la vida a la tierra a todos los alimentos que todos los días vemos en el plato de nuestras casas. Por lo tanto, un buen trato de la tierra hace de ella un recurso que genera muchos beneficios en especial si son tratados con productos orgánicos. Pero…
¿Cuál es el mejor abono orgánico?
El abono orgánico de tomate y chile es el mejor de todos y, todo se debe a que, estos maravillosos vegetales han sido el pilar fundamental del abono orgánico. Además, se puede demostrar gracias a la iniciativa de la universidad de Querétaro de querer producir un abono orgánico que permita enriquecer los suelos que son utilizados para la siembra.
¿Cómo se prepara un abono orgánico de tomate y chile?
Básicamente, se caracteriza por utilizar los desechos del tomate y el chile con la finalidad de que al entrar en estado de descomposición, los microorganismos como las bacterias produzcan de manera natural para que los nutrientes que necesita el terreno o este caso el suelo tengan mayores beneficios en cuanto a costos y en cuanto a contaminación ambiental. ¿Qué estás esperando para realizar uno?