-Luz
La mayoría de los tipos de orquídeas necesitan de bastante luz pero, irónicamente, la exposición al sol directo puede dañarlas severamente e, incluso, provocar su muerte. Por ello, nuestra orquídea debe estar dentro de casa pero cerca de ventanas y con una excelente orientación.
-Agua
Preferentemente debemos de regar nuestras orquídeas con agua blanda; es decir, no con agua del grifo, sino agua embotellada de la que nosotros utilizamos para beber.
Recuerda, en verano deberemos regar con mayor frecuencia a nuestras orquídeas; por el contrario, en invierno debemos evitar regarlas con asiduidad, debido a que si el agua se acumula en exceso puede pudrir las raíces de las plantas.
-Nutrientes
Podemos incorporar nutrientes a una orquídea de dos maneras diferentes; la primera es mediante un abono especial con nutrientes para flores; el otro es mediante un abono foliar; en este caso deberemos rociarlo sólo sobre las hojas y no en la flor. Los nutrientes son necesarios en una orquídea para florecer y madurar correctamente.
-Temperatura
La mayoría de los tipos de orquídea pertenecen a zonas tropicales o semi-tropicales; por lo que necesitarán de temperaturas cálidas. En invierno por ningún motivo las dejes en el exterior, ya que si son expuestas a heladas o temperaturas pode debajo de los cinco grados centígrados probablemente morirán.
